Todo indicaba que iba a ser un día fantástico para la práctica del ciclismo, una temperatura fresquita, sol saliendo en el horizonte, y una ligera brisa de cara.
A las 8 en punto nos pusimos en marcha, J.Porta, J.Bosch, Paco, Joan Camps, Jordi Albert, Tomas, Quím (E.T), y yo.
No se que ocurre pero cuando en el recorrido hay un puerto de montaña o la salida acaba en un alto, todo el personal se reserva, ¿será que dan una prima al llegar el primero?. Debo ser un anticuado pero a mi me gusta el ciclismo de antaño, sin tanta estrategia, ni tanto pinganillo, ni tanta gaita, donde el que podía lo reventaba todo de salida, haciendo etapas épicas y carreras impredecibles y emocionantes desde el principio hasta el final. Así que empecé ha marcar un ritmo alegre con el objetivo de despertar al personal y la verdad es que todo el mundo fue entrando lo que contribuyo a mantener una velocidad de crucero mas que aceptable. Al llegar a Pineda di un relevo, talvez algo más fuerte de lo normal, la cuestión es que me vi solo seguido a unos metros por Quim (E.T.), así que cuando empalmó le pregunte ¿conoces bien el camino? me respondió que si, y le dije, pues sígueme. Así de sencilla fue la escapada, lo que no fue tan sencillo fue mantenerla, pues aunque llevábamos un ritmo alto Quim andaba como Rambo “ no me siento las piernas”, así que la locomotora amarilla nos cazó en la entrada de Blanes. Jadeos y mas jadeos como en una película X y pasados unos quilómetros el amigo J. Porta aprovechando la bajada se fue, los demás no hicimos nada por controlarlo “craso error” y al llegar a Lloret nos pillaron todos los semáforos, con lo que todo apuntaba a que se subiría a un ritmo endiablado como así fue. Paco hizo una subida de las suyas y nos sacó de rueda a todos destrozando la grupeta. Al final Paco y J. Bosch llegaron con unos metros de ventaja y yo conseguí cazar in extremis al cowboy del Maresme, el resto fue llegando poco a poco. De regreso fuimos rodando a un buen ritmo pero sin tirones, ya que Albert iba un poco tocado, hasta poco antes de Arenys de Mar donde volvió a liarla (E.T.) pero los demás no le hicimos caso. En el repechón anterior a la rotonda del Hispania nos encontramos con un grupo que ocupaba media calzada y decidí adelantarlo, cuando mire hacia atrás no venia nadie por lo que decidí probarlo de nuevo e irme a la caza de Quim que ya estaba bastante lejos. Pasado el semáforo de Sant Andreu de Llavaneras justo cuando la carretera empieza a picar hacia arriba pillé a Quim y tal y como le pillé apreté el ritmo, así hasta el semáforo de Mataró donde no me quedó de otra que pararme. Cuando se puso verde volví a apretar fuerte con la idea de llegar solo al Calipso, y así fue “objetivo cumplido” a partir de ahí desarrollo suave y esperar que vinieran los compañeros, con la satisfacción personal de haber superado los problemas de salud de semanas anteriores.
A las 8 en punto nos pusimos en marcha, J.Porta, J.Bosch, Paco, Joan Camps, Jordi Albert, Tomas, Quím (E.T), y yo.
No se que ocurre pero cuando en el recorrido hay un puerto de montaña o la salida acaba en un alto, todo el personal se reserva, ¿será que dan una prima al llegar el primero?. Debo ser un anticuado pero a mi me gusta el ciclismo de antaño, sin tanta estrategia, ni tanto pinganillo, ni tanta gaita, donde el que podía lo reventaba todo de salida, haciendo etapas épicas y carreras impredecibles y emocionantes desde el principio hasta el final. Así que empecé ha marcar un ritmo alegre con el objetivo de despertar al personal y la verdad es que todo el mundo fue entrando lo que contribuyo a mantener una velocidad de crucero mas que aceptable. Al llegar a Pineda di un relevo, talvez algo más fuerte de lo normal, la cuestión es que me vi solo seguido a unos metros por Quim (E.T.), así que cuando empalmó le pregunte ¿conoces bien el camino? me respondió que si, y le dije, pues sígueme. Así de sencilla fue la escapada, lo que no fue tan sencillo fue mantenerla, pues aunque llevábamos un ritmo alto Quim andaba como Rambo “ no me siento las piernas”, así que la locomotora amarilla nos cazó en la entrada de Blanes. Jadeos y mas jadeos como en una película X y pasados unos quilómetros el amigo J. Porta aprovechando la bajada se fue, los demás no hicimos nada por controlarlo “craso error” y al llegar a Lloret nos pillaron todos los semáforos, con lo que todo apuntaba a que se subiría a un ritmo endiablado como así fue. Paco hizo una subida de las suyas y nos sacó de rueda a todos destrozando la grupeta. Al final Paco y J. Bosch llegaron con unos metros de ventaja y yo conseguí cazar in extremis al cowboy del Maresme, el resto fue llegando poco a poco. De regreso fuimos rodando a un buen ritmo pero sin tirones, ya que Albert iba un poco tocado, hasta poco antes de Arenys de Mar donde volvió a liarla (E.T.) pero los demás no le hicimos caso. En el repechón anterior a la rotonda del Hispania nos encontramos con un grupo que ocupaba media calzada y decidí adelantarlo, cuando mire hacia atrás no venia nadie por lo que decidí probarlo de nuevo e irme a la caza de Quim que ya estaba bastante lejos. Pasado el semáforo de Sant Andreu de Llavaneras justo cuando la carretera empieza a picar hacia arriba pillé a Quim y tal y como le pillé apreté el ritmo, así hasta el semáforo de Mataró donde no me quedó de otra que pararme. Cuando se puso verde volví a apretar fuerte con la idea de llegar solo al Calipso, y así fue “objetivo cumplido” a partir de ahí desarrollo suave y esperar que vinieran los compañeros, con la satisfacción personal de haber superado los problemas de salud de semanas anteriores.
1 comentario:
te has currado el blog, es muy bueno. ah, y decirte que el domingo me lo pase en grande y aprendi mucho, gracias xavier.
enfant terrible
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