SUBIDA AL STELVIO

Con mi Santa

Emulando a Fausto Coppi

Joan iniciando el ascenso

Vista del recorrido ya sin Joan

Aqui empieza la cuenta atras aunque ya llevas muchos km de ascension

Curva donde empieza a verse el zig zag

Carretera hacia el cielo

Asi era la curva 24

Aun me quedaban fuerzas para sacar la camara sin bajarme

Rampa guapa de verdad

Esto se acaba

Casi na lo que he subido

Vaya rampas

Objetivo cumplido

Vista desde la cima

Tal y como estaba previsto el día 1 de julio volamos hacia Venecia para desplazarnos hacia los Dolomitas y participar en la mítica Maratona dles Dolomites, no sin antes desviarnos unos 200 Km. e irnos hacia Prato alo Stelvio para subir este puerto mítico con sus 48 curvas que te conducen directo al cielo.
Lo teníamos todo contratado desde el mes de octubre y los hoteles y vuelos desde enero y lamentablemente Joan sufrió una caída en la carrera de Palleja el domingo que lo ha dejado molido y no sabe si podrá subir en bicicleta.
Llegamos a Venecia a las 9:30 horas y entre que desayunamos y recogimos el coche nos dieron las 11:05. Emprendimos camino hacia nuestro destino y dado que las carreteras no son precisamente buenas y que hay muchos Km. de nacional cuando nos dimos cuenta eran las 15:00 y no habíamos comido. Ya estábamos en la región del Sud Tirol y aquí parecía mas Alemania que Italia por lo que decidimos parar en una gasolinera y comernos un bocadillo, reemprendiendo seguidamente la marcha y sobre las 17:00 llegamos al hotel. Como ya no nos daba tiempo a subir que era la primera idea, dijimos de hacerlo en coche.
Empezamos a subir y pintaba bien pero el desnivel se hacia patente, yo les iba diciendo que esas curvas eran muy agradecidas porque te permitían recuperar un poco, supongo que nuestras mujeres pensarían viendo aquello que estaba como una cabra.
Pasado Trafoi encontramos la curva 48 que es donde empieza el famoso zig-zag hasta la cima y el coche tenia que reducir a primera sino, no subía. Cuando faltaban 5 Km. el tiempo había cambiado por completo y el suelo estaba muy mojado, entonces el coche dijo que no y medio quemamos el embrague para salir de una de las curvas en la que se nos había calado. Joan iba poniendo unas caras de circunstancia que me hubiera gustado grabar, y nos iba diciendo, yo no se si podré subir, y las mujeres llevaban un acojono que para que voy a contarlo. Cuando llegamos a la cima había bastante niebla y la temperatura había pasado de 32º a tan solo 9º, por lo que hicimos la foto de rigor rápidamente, compramos unas postales y empezamos a bajar. Aunque no lo parezca la bajada también impresiona, fuimos comentando la jugada, has visto esa curva, has visto el que subía que iba clavado, te has fijado lo abrigado que iba, así hasta llegar al hotel. Cena y a dormir.
Por la mañana amaneció un día esplendido y después de un buen desayuno, montamos las bicicletas y empezamos la ascensión. 25,5 Km. para ascender desde los 916 mts. hasta los 2.758 mts. con un desnivel medio del 7,4 % .
Salimos y en los primeros Km. Joan iba a un ritmo muy bueno con mucha cadencia, lo cual hacia pensar que todo iba ha ir bien y podría cumplir con el objetivo, pero justo a 300 mts de la curva 48 me dijo que no podía, que el dolor era muy intenso y que continuara yo solo. A veces la ilusión te hace soportar el dolor, pero en esta ocasión tenia que ser mucho para que Joan tomara la decisión de regresar. Luego me dijo que había sido una imprudencia lo que había hecho y que tenía que haber descansado hasta recuperarse, pero que le vamos a hacer los ciclistas somos así. Yo continúe camino a buen ritmo y haciendo las fotos de rigor pero sin bajarme de la bicicleta, pensé que era mejor coronar y a la vuelta ya haría las fotos. A partir de los 2400 mts la cabeza me la empecé a notar un poco espesa debido al esfuerzo y la altitud pero continúe sin demasiados problemas, llegando a la cima en 1:52 horas. Foto de rigor y empiezo a bajar, cuando estoy en la curva 2, me acuerdo de que no he hecho la foto de la curva 1 así que vuelta atrás hasta la dichosa curva para hacer la foto. Continúe bajando sin prisas y deleitándome con el espectacular paisaje hasta la curva 24 que es desde donde se ve la famosa fotografía del las curvas en zig-zag. Desde allí hasta el hotel fue un continuo arranca y para, porque la carretera estaba cerrada al trafico porque pasaba una marcha cicloturista La Transalp y los Carabinieri no dejaban pasar ni a las bicicletas, y es que aquí estas cosas las hacen de forma muy seria.
Así que con paciencia y muy contento llegue al hotel con la satisfacción de haber coronado el puerto que hasta el día de hoy mas me ha gustado por su trazado y belleza. Los he subido más largos y también más duros pero que me hayan impresionado tanto no.

Espero en los proximos dias publicar el resto de la aventura dolomitica